El "Hike-a-bike" no es para todo el mundo, pero sin duda lo es para Dan Milner. No hay sendero demasiado accidentado, ladera demasiado empinada o punto final demasiado desconocido para Dan. De hecho, son precisamente estas cosas las que hacen que se baje y empiece a empujar, cuando la mayoría de los demás se echaría atrás. El atractivo de lo que hay en el horizonte es demasiado fuerte, y eso es lo que le convierte en el fotógrafo de aventuras que conocemos y amamos.
Dan ha explorado más que la mayoría, recorriendo y fotografiando rincones del mundo que pocos de nosotros hemos visto. Su carácter humilde nos obliga a hacer preguntas para que él nos cuente historias épicas de viajes a Afganistán, Corea del Norte, Bután o la Patagonia. Pero, incluso sin palabras, sus fotografías capturan los increíbles paisajes y la extraordinaria gente que encuentra, atrayéndote a una dimensión de la aventura que va mucho más allá del simple ciclismo. Es como si Dan no se limitara a pasar por un lugar, sino que se convierte en parte de él; su ojo para medir los encuadres que hay que fotografiar, su facilidad para descubrir las historias de las personas que habitan cada paraje.
Y esto se cumple, tanto si está subiendo una colina en Kirguistán como si, tal y como ocurre en esta película, busca la aventura en su casa, en el valle de Chamonix. Cuando se han marcado los senderos populares y se han explorado durante mucho tiempo los caminos no señalizados, es el momento de empezar a hacer excursionismo. Equipados con bolsas de vivac y la promesa de un amanecer dorado, seguimos a Dan hasta un lugar en las montañas, más allá de los senderos trillados. Cada vez que puede permitirse el lujo de no estar mirando las rocas bajo sus pies, está buscando la toma perfecta. Es difícil no admirar la energía tranquila de Dan, así como los resultados de los clics de su cámara. Ese deseo de ir más allá y profundizar, a menudo se ve recompensado con imágenes impresionantes. Y cuando no lo son, la aventura sigue su camino y aporta su propia satisfacción.
Hay una rara autenticidad en el trabajo de Dan, un reflejo del hombre en sí mismo. Dale al play para saber qué es lo que le mueve, por llevar la bici para dar un paseo es una gran idea, y ver si realmente conseguimos esa hora dorada prometida.