Me llamo Scotty Laughland, vivo en Escocia y ésta es la 2ª temporada de Scotty's Scotland Showcase. Después de mostrar mis senderos y lugares favoritos para el ciclismo en la 1ª Temporada, he decidido hacer las cosas de forma un poco diferente y llevarte conmigo en mi viaje de descubrimiento.
En esta temporada, tuvo altos y bajos. Tramos ciclables, y menos ciclables de senderos, junto con un buen puñado de luchas, dramas y desafíos en términos de tiempo, meteorología y niveles de energía inesperados. Añade un par de caídas, y todo ello se suma al reto sin precedentes de documentar y explorar la bestia indómita que llamamos singletrack.
Episodio 1: El mejor circuito local - Mi ruta de MTB por los senderos locales
Un viaje de descubrimiento debe empezar en casa: quería compartir dónde empezó mi historia con el MTB mostrando mis senderos locales.
Mi corta y dulce pista diaria es un loop de 10 km con un poco de todo: subidas técnicas, descensos rápidos, toboganes de raíces, saltos, bermas y tramos naturales de sendero. Es un miniparaíso del MTB que incluye una cima: Dumyat, un lugar emblemático del centro de Escocia con rocas volcánicas y vistas de toda Escocia y de la falla de las Highlands.
Episodio 2: ¿El singletrack de MTB mejor conservado de Escocia? Los Trossachs
A la vuelta de la esquina de mi casa, encontrarás el Parque Nacional del Lago Lomond y los Trossachs, con más de 1.800 km cuadrados de lagos y bosques montañosos donde se encuentran algunos de los terrenos más escarpados de Escocia. Y eso ya es mucho decir.
Empezamos haciendo cumbre en Ben Lomond, el munro más meridional de Escocia. De principio a fin, tienes unas vistas increíbles de 360 grados. El descenso fue duro, "chungo", pero divertido una vez que encontramos el flow.
Aquí, en Escocia, tenemos dos tipos distintos de montañas: munros y corbetts. Munro: montaña escocesa con una elevación superior a 914 metros. Corbett: montaña escocesa con una elevación de entre 762 y 914 metros. Algunas de estas montañas ofrecen descensos increíbles. Otras, no.
El siguiente en nuestra lista era un corbett llamado Cobbler. Su cima escarpada tiene una enorme espina dorsal recta y rocosa que la convierte en una montaña de aspecto peculiar, y en la que no te plantearías ir en bicicleta sin antes pensártelo. De hecho, el camino hasta la cima era tan duro que tuve que usar la bicicleta como sujeción para subir. El descenso fue técnico y difícil, más parecido a un largo tramo de trial. Recorrí una línea, miré hacia arriba y vi la losa de roca más increíble que jamás había intentado superar: un verdadero hito para mí.
Seguimos explorando el Parque Nacional recorriendo Stùc a' Chròin, Ben More, Ben Ghlas, Ben Lawers y conociendo el prometedor lugar para el ciclismo de Balquidder. Tendrás que ver el episodio completo para saber cuáles funcionaron y cuáles no.
Episodio 3: En tren hasta los senderos y durmiendo en la montaña
¿Cómo definirías la épica? Para mí, fue esto. Una ruta de dos días que recorre 100 km de singletrack con más de 2000 m de ascenso y descenso.
Partiendo de Bridge of Orchy, nos subimos al tren durante 40 minutos, hasta llegar a la estación de ferrocarril de Corrour, la más alta y remota del Reino Unido.
Tomamos el camino hacia Leum Ulliem, un Corbett, que pasó de definido a francamente difícil. Después de empaparnos y llenarnos de barro, finalmente llegamos a la cima, donde nos recibieron las vistas más increíbles de Glencoe, los Mamores y los Cairngorms.
Esa noche dormimos en las montañas. Habiendo subestimado un poco la ruta del primer día, llegamos a nuestro campamento empapados y en la oscuridad de la medianoche.
Tras 5,5 horas de descanso, nos despertamos antes del amanecer para dirigirnos a la cima del Binnein Mòr. Conseguimos recorrer la línea de la cresta y pudimos tomar algunas fotos épicas bajo las tenues nubes que entraban y salían. Luego comenzó el verdadero desafío, con la bicicleta al hombro por un terreno suelto y peligrosos descensos largos y desafiantes. Al llegar al fondo del valle, estaba completamente agotado, con apenas las fuerzas suficientes para volver a Fort William.
Episodio 4: La ruta en bicicleta de montaña más increíble y bella de Escocia
Es increíble lo que se puede hacer en un día. Los lugares a los que puedes llegar, los rincones que puedes alcanzar. Nuestra misión esta vez: 45 km con más de 1000 m de ascenso y descenso a través de algunos tramos desérticos y salvajes de Escocia.
El primer punto culminante de la ruta fue Shenavall Bothy. Este refugio en la ladera de la montaña proporciona cobijo tanto de las inclemencias del tiempo como de los mosquitos. Para quienes no conozcan el jején o "midge", se trata de un pequeño insecto, originario de Escocia, con dientes del tamaño de una piraña.
Al llegar al punto más alto, miramos hacia el valle y vimos una capa tras otra de cumbres interminables con una cinta de senderos entre ellas. Era innegablemente increíble y cada vez mejor, divertido, fluido y rápido hasta la infame Calzada.
Esta epopeya de un día es uno de esos recorridos que deberían estar en la lista de deseos de cualquier ciclista de MTB, es algo verdaderamente especial.
Episodio 5: Descubrir las últimas tierras salvajes de Escocia en bicicleta y barco
'Tierra salvaje; donde el hombre es un visitante que no permanece'.
Empezando en el pueblo costero de Mallaig, nos dirigimos a Shiel Bridge para más de tres días de bikepacking. El primer día accedimos a la península oriental de Loch Nevis, donde un barco nos llevó hasta el extremo más alejado del lago. Desde allí, un corto trayecto nos llevó a nuestra primera parada nocturna en Sourlies Bothy.
Al despertarnos el segundo día, teníamos una misión de ida y vuelta al pub más remoto del Reino Unido, al que solo se puede acceder en barco o, en nuestro caso, en una misión de tres horas a través de las montañas. Al llegar a Inverie, hay una pequeña cafetería, una tienda donde puedes reponer las provisiones necesarias y el pub: The Old Forge.
El último día iba a ser importante. Unas nueve horas sobre el sillín con 50 km y 1500 m de ascenso y descenso. El día empezó muy bien, avanzamos a buen ritmo por un terreno difícil, realizamos un divertido primer descenso y serpenteamos por el borde del lago Hourn. La parte final de esta ruta nos llevó por paisajes aún más increíbles antes de regresar a la "civilización". ¡Había sido una auténtica aventura totalmente aislados de principio a fin!
Episodio 6: El viaje por carretera, Skye, Raasay y Harris
Las Islas Occidentales de Escocia son relativamente desconocidas para la práctica de la bicicleta de montaña. Aunque no hay senderos establecidos para el MTB, hay una red de caminos de montaña que conectan pueblos y asentamientos abandonados, lo que permite realizar increíbles recorridos en bicicleta de montaña.
La isla de Skye fue nuestra base para el viaje. Nos alojamos en la capital de la isla, Portree. Aquí encontrarás todas las comodidades que puedas necesitar: cafeterías, restaurantes, tiendas de recuerdos y amplios alojamientos. Su céntrica ubicación facilita la exploración de la isla. Desde aquí, recorrimos el Sendero de Sligachan y el Old Man of Storr.
Raasay es una pequeña isla de la costa noroeste de Skye, una brillante microaventura de un día. Embarcamos en el primer ferry, desembarcamos, nos detuvimos en la destilería para probar un poco de whisky escocés antes de pedalear por la carretera asfaltada e incorporarnos al sendero que nos llevaría hasta Dùn Caan, la montaña más alta de la isla.
Fue un ascenso relativamente fácil y al llegar a la cima nos vimos recompensados con unas vistas impresionantes todo alrededor y de las islas circundantes. El descenso fue una buena mezcla de conducción técnica con tramos rápidos y fluidos. Bajamos justo a tiempo para tomar el último barco de vuelta cuando el sol empezaba a ponerse más allá de Skye.
Nuestra última isla por explorar fue la isla de Harris, un impresionante viaje de dos horas desde Skye. Atracamos en Tarbert, pasando por ondulantes colinas costeras y aguas azules y cristalinas. Nuestra misión era una epopeya de un día de ida y vuelta siguiendo el Postman's Path (Sendero del Cartero).
Esta ruta, que era utilizada por los lugareños de Rhenigidale, ahora ve menos tráfico desde la construcción de la carretera asfaltada en 1990. Las vistas eran asombrosas y el sendero estaba a la altura. Unas curvas estrechas, técnicas y pronunciadas nos llevaron hasta una playa. Desde allí hasta el pueblo, pasamos por asentamientos abandonados y recorrimos la costa. Una vez en Rhenigidale, sólo faltaba una cosa, ¡el viaje de vuelta tal y como lo habría hecho el cartero!
Sobra decir que hacer rutas como estas requiere experiencia, preparación y planificación. Lleva siempre contigo el equipo necesario y respeta el lugar por el que circulas.