El recorrido de Brage Vestavik hacia la primera fila de las películas de freeride empezó en casa, pero no de una forma imaginable. Creció en la pequeña ciudad de Mysen, a una hora en dirección suroeste de Oslo, en su natal Noruega, y Vestavik y los suyos tuvieron que abandonar a la fuerza su casa después de que se incendiara completamente por un accidente eléctrico. Tardaron tres largos años en poder volver, y cuando lo hicieron, aún quedaba mucho por hacer.

"Cuando volvimos aún había muchas pilas de escombros y materiales por todas partes", recuerda Vestavik, que ahora tiene 25 años, sobre la obra en construcción que había fuera del parcialmente reconstruido hogar de su infancia".

Pero Vestavik vio algo más en su jardín: potencial. Como ya estaba enamorado del ciclismo, empezó a construir saltos y tramos con aquellas planchas y montones de escombros. Y en lugar de reñirle, sus padres le apoyaron y prometieron a su hijo más montones de escombros a cambio de que sacara buenas notas. Y así se plantó la semilla. Desde entonces, Vestavik ha estado construyendo y progresando.

"Así es como todo empezó realmente", afirma ahora, siendo uno de los mejores freeriders y más creativos. "Para mi, simplemente, siempre ha sido natural construir los lugares por los que monto".

Al principio, sin embargo, había una zona de pedaleo limitada alrededor de su casa, por lo que prefirió pasar los fines de semana persiguiendo a su padre, Arnebjørn Vestavik, por los senderos cercanos a Oslo.

"Mi padre es el principal motivo por el que las cosas han ido así", añade Vestavik. "Es mi héroe. Mi inspiración desde el primer día. Siempre intenté montar como él, ser como él en cierto modo, y él no me presionó nunca. Siempre me animó a escoger lo que quería hacer, y estoy muy agradecio por ello."

En poco tiempo el dúo padre-hijo y un grupo de amigos íntimos estaban pasando los fines de semana en las carreras. Vestavik se movía bien entre las cintas, y llamó la atención del equipo profesional Devinci. Esto llevó al joven corredor al circuito de la Copa del Mundo de descenso donde, bajo la tutela de Steve Smith entre otros, probó por primera vez el máximo nivel del deporte.

"Fue una bofetada", recuerda Vestavik. "De repente me di cuenta de que había un montón de gente por ahí montando muy bien. Fue un proceso de aprendizaje fantástico, y también resultaron unos años muy buenos. Aprendí mucho."

Resultó que la competición no era lo suyo, pero sí lo era construir. Consternado por la ausencia de una comunidad de ciclismo de montaña en Mysen, Vestavik decidió crearla. Inspirado por muchas de las escenas de películas de freeride que había visto durante años, y junto su grupo de amigos, se aventuró en los bosques y se pusieron manos a la obra.

Los resultados son ya legendarios. Montajes como su X Games Real MTB 2021, que ganó el premio Favorito del Público, y su alucinante recopilación Red Bull Sound of Speed, son unos de los videos deportivos con más visionados, porque ofrecen una combinación de atrevida creatividad, incansable ética del trabajo, talento de precisión, y un estilo de montar puro y potente que es exclusivamente suyo.

"Cuando ahora miras atrás, es de locos la cantidad (de maquetas de senderos) que hice en papel cuando era más joven", comenta sobre una colección de dioramas caseros que muestran escenas que podrían haber sido extraídas directamente de North Shore. "Básicamente es a lo que me dedico ahora, a construir tramos con los que soñaba de niño".

Vestavik también imaginó una gran comunidad del ciclismo de montaña, algo que le faltó en su juventud, y trabajó para crearla. Desde hace diez años gestiona, junto a su padre, el club de ciclismo de Mysen.

"No importa lo joven o viejo que seas. Ni el nivel que tengas", afirma. "Simplemente, todo el mundo monta y se lo pasa bien. Se trata de algo que tanto mi padre como yo soñábamos, pero nunca imaginamos que tantos niños iban a venir para aprender a montar, sobre todo de nuestra ciudad".

Este compromiso, combinado con la creación y la comunidad, es lo que define esta estrella naciente. Sus mejores días son los que pasa construyendo, filmando y montando con amigos. Para Brage Vestavik, This is Home.

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